miércoles, 2 de junio de 2010

muerte

Un cuerpo se sentó frente al otro como lo habían hecho por años tomo una de las botellas de licor con que lo enterraron, y la coloco frente a la fogata que su compañero había armado, uno era rico en vida el otro pobre, pero ahora en la muerte eran exactamente lo mismo.

Hola – le dijo el rico al pobre estirando la mano ya un tanto esquelética con la botella en la mano—dejaron suficientes en la tumba para aun mucho tiempo—dijo y permitió que una carcajada saliera de su boca, el pobre la tomo con lo que quedaba de su mano después del trabajo de los gusanos, sonrío no tenia por que apresurar la partida si aún podía hacer eso tomo un trago—en vida jamás hubiera podido tomar algo así—se dijo tomo otro trago y puso la botella en el piso.

El rico lo vio— ¿recuerdas aun tu vida? Le dijo en un tono melancólico el rico al pobre este respondió, al tiempo que le brillaban los ojos, --- Si recuerdo a mis hijos jugando, y a mi esposa besándome, recuerdo los árboles alejados del cementerio, recuerdo la boda de uno de mis hijos y recuerdo que el otro se fue del país recuerdo ver los ojos de nieto abriéndose por primera vez y los de mi esposa cerrándose una ultima vez, recuerdo como el viento tocaba mi cara.

El rico le dijo – yo recuerdo una mansión vacía, un gato al que jamás le puse nombre, recuerdo a mi esposa, a quien no escuchaba, jamás la engañe, pero deje que se convirtiera en simplemente la persona con quien me acostaba después de un día duro e hijos no tuve nunca me di el tiempo.---agarro la botella tomo un trago largo, y la puso de nuevo en su sitio, vio a su amigo y le dijo con calma--- pero me alegra que al menos en la muerte me halla conseguido a un amigo.

Ambos sonrieron, y empezaron a reírse como nunca lo hacen los vivos por que los vivos saben que deben volver a alguna preocuparse de algo pero los muertos no les preocupan los problemas solo deben esperar a que les llegue el turno de subir, siguieron hablando de ningún tema en particular asta que amaneció tomaron sus cosas y entraron en sus tumbas… disfrutando la libertad dada por la muerte