Una mañana, en la que el suelo del bosque estaba cubierto por una fina capa de nieve, lo suficiente para que no se viera el piso, pero no tanto como para que no se pudiera caminar, nació nuestro pino, un pino tan hermoso que el solo verlo causaba que los animales del bosque se acercaran a observarlo. Nuestro Pino era heredero de árboles ancestrales y su linaje se podía seguir hasta el mismo primer árbol de navidad en tiempos muy remotos de los que solo las muy viejas secoyas tenían recuerdos. Y este, que era el más bello y perfecto de todos los nacidos en aquel bosque, era un árbol que estaba llamado a decorar el palacio de un Rey, o la sala del rector de alguna afamada universidad.
Al pasar de los días su hermosura se fue incrementando y con ella su ego, se sentía superior a todos los seres que habitaban en aquel bosque e infinitamente más bello que todos sus primos y hermanos pinos.
Un día se le acercaron dos hombres, que dijeron que aquel era el pino más hermoso de todo el bosque, los demás árboles estaban celosos, pero a el no le importaba era el árbol más hermoso y también el más feliz. Los visitantes tomaron fotos y nuestro pino escucho que una de ellas seria la portada del catalogo de Navidad 2010.
Los árboles del bosque estaban ansiosos, pues se acercaba la navidad, lo que significaba que tendrían la oportunidad de alegrarle la vida a un niño y aunque ninguno de ellos conocía muy bien por que se celebraba la navidad, si sabían que era algo muy importante para las personas, había uno de los árboles que decía que era un cumpleaños, otro que era algo relacionado con una estrella, sin embargo la mayoría solo sabia que se trataba de adornos y regalos y para ellos, a la larga, lo único importante era la oportunidad de hacer feliz a alguien, pero nuestro pino no pensaba en la felicidad de los hombres sino en su propia belleza y en la oportunidad de adornar una gran sala.
Finalmente llego el mes de agosto, cuando se escogían los pinos más hermosos del bosque para venderlos en navidad, todos estaban nerviosos, todos menos nuestro árbol, “¿quien tendrá la suerte de llevarme a su casa?” se preguntaba, y estaba muy seguro de que lo iban a escoger de primero, pues después de todo el era el árbol más hermosos de todo el bosque y no había duda de que, como mínimo, adornaría la sala de un Rey, y eso solo si aquellos que fueran superiores a los reyes decidieran no celebrar la navidad.
En eso escucho las sierras y sintió el dolor cuando lo cortaron, pero no le importo su momento había llegado, su destino estaba por cumplirse. Pero después de que lo cortaran y lo montaran en el camión paso algo raro, lo metieron junto con otros muchos árboles en un una gran contenedor metálico que tenia escrito en uno de sus lados “DESTINO: PUERTO DE LA GUAIRA / VENEZUELA”; el cajón estaba oscuro y, aunque tenia un sistema de refrigeración muy agradable, nuestro pino no se sentía cómodo compartiéndolo con tantos otros árboles tan comunes.
Pensó que se trataba solamente de un error y que muy pronto seria corregido, pero pasaban los días y finalmente una noche el contendor comenzó a moverse e inclinarse lo que hizo que muchos de los demás árboles le cayeran encima a nuestro pino, rompiéndole varias de sus ramas, el pino se preocupo pero inmediatamente pensó que seguía siendo el mejor árbol del bosque y que su destino seguía siendo el de adornar un bello salón, así que espero a que lo sacaran de la caja, y espero, y espero, pero pasaban los días, se daño el sistema de refrigeración, el calor se hizo insoportable, pero nadie fue a buscarlo en la caja, y sus ramas rotas empezaron a marchitarse. Afuera el pino escuchaba un idioma que no entendía lo que lo confundía mucho más.
Después de un largo mes de espera, por fin abrieron la caja, la luz del Sol lleno todo el contenedor y por fin pudo verse de nuevo, ahora el arbolito no se veía bien, ya no parecía el árbol de un rey si no un simple árbol que se usa para avivar una fogata.
Lo tiraron sin cuidado en la parte de atrás de un camión, donde lo amarraron dañándole más las ramas, el árbol lloro amargamente todo el camino, pues ya no era ni un arbolito bonito, ya no creía que nadie lo fuera a comprar.
Más arriba de allí en la ciudad de Caracas vivía una joven de 14 años llamada María; vivía en el barrio Carpintero de Petare. Hace 6 meses en Semana Santa había ido a la fiesta de 15 años de prima Carlui (hija de sus tíos Carla y Luis), allí había bailado con Maikel y al final de la noche la llevo detrás del rancho y le dijo que “la amaba” y que “todos los otros la hacían”, hoy María esta embarazada de un bebe que debe nacer a principios de diciembre, Maikel al enterarse de la existencia del niño huyo lo mas lejos que podía, dejando a la pobre Marí con una criatura que ni ella ni su padre José tenían idea de con que alimentar.
José es carpintero, por lo que decidió que el pesebre de su hija, y de su nieto seria algo especial, así que tomo trozos de madera y se dedico a tallar una a una las figuras del pesebre desde la virgen María y José, el niño, la mula y el buey, quería regalárselo a su hija y su nieto para Navidad.
Después de un par de horas el camión se detuvo frente a un toldo que tenia un letrero con luces brillantes, que decían, o gritaban ¡OFERTA EN PINOS CANADIENSES DE TODOS LOS TAMAÑOS! Lo llevaron adentro y lo lanzaron al fondo de la tienda, con los árboles más feos que no sirven para nada.
Llovía mucho y no lo cuidaban, lo dejaban allí para ser una victima de los insectos que se alimentaban de sus ramas y de su madera, sus hojas se caían al piso formando una especie de charco verde, en el suelo, que daba la apariencia de sangre derramada.
Un día como cualquiera, entro un hombre al toldo, no era muy alto, sus ropas y su cara estaban sucias, hablo con el vendedor, el arbolito escucho muy por encima la conversación: no tengo mucho dinero, precios y algo de rebajas, él solo sabia que al poco rato lo estaban arrastrando por el piso de la ciudad de Caracas, subiendo por unas escaleras que parecían infinitas. El arbolito veía las casas del barrio, y lloraba en silencio, pues sabia que ya no serviría para adornar la sala de algún rey, o el salón de una universidad.
Al final de la escalera el hombre tiro al arbolito en el piso y saco un afilado machete, el árbol lo vio decender hacia el y empezó a llorar, lloro hasta el punto que sus lagrimas no le permitían ver. Sentía el dolor del machete cuando lo despojaron de todas sus ramas, luego le cortaron el extremo inferior y el viejo saco una vieja navaja y con una mano llena de callos y cicatrices comienza a cortarlo y repujarlo. El árbol siente más vergüenza que dolor, más miedo que sufrimiento. Durante muchas horas las manos callosas, lo siguen hiriendo.
Pero de pronto vio una luz a través de sus ojos, no de un bombillo o del Sol, si no la inconfundible luz que proviene de la sonrisa de un niño recién nacido que miraba con admiración y alegría la estrella de madera en que nuestro árbol se había convertido gracias al arte infinito de aquellas manos callosas .Escucho cuando María le decía a su padre con lagrimas en los ojos, “Gracias papá, puedes escoger el nombre del niño”. José tomo a su nieto en sus manos callosas y mientras lo miraba a sus hermosos ojos decidió que dada la fecha se llamaría Jesús.
El arbolito lloro otra vez ahora de felicidad pues se daba cuenta que ese rancho con “techo de cartón” era más hermoso que cualquier palacio con pisos de oro…
…arriba, muy arriba, por encima de las nubes un pequeño tocayo de nuestro Jesús miraba la escena y pensaba que con esta hermosa familia en el medio del barrio se formaba un pesebre bastante hermoso.
FELIZ NAVIDAD!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario